jueves, 9 de junio de 2011

Multitud.

El tren iba demasiado rápido , no podía subirme.
Nadie frenaba para esperarme, nadie se acordaba de mi, no era importante para nadie.
Aquellos días los pase caminado, llorando y suplicando una explicación .
Tan mal había hecho mi vida?
Días interminables , esperando mi salvación.
Deseando compañía, admiración.
Tardes largas, noches oscuras y días llenos de lagrimas .
Después de todo había sido una desconocida para la multitud.
Nunca se me ocurrió pensar si todos aquellos que iban en el tren me merecían .
No solo pensaba que era yo la que había sido una persona sin escrúpulos, sin principios.
Que ilusa fui ,sufrir por la ausencia de la multitud.
Entonces entendí que ese tren solo me llevaría a la perdición, al mundo de la desilusión.
Al lugar en el que hay pocos como yo , el lugar donde la tristeza nació.

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